lunes, 5 de septiembre de 2016

RESEÑA: HISTORIA DE UN CANALLA



“Soy un canalla y no me arrepiento de serlo.
He mentido, engañado y manipulado a mi antojo sin que me importaran las consecuencias.
He destruido sueños y reputaciones, he traicionado a los que me han sido leales, he provocado dolor a aquellos que quisieron ayudarme.
He jugado con las esperanzas de quienes pensaron que podrían cambiar lo que soy.
Sé lo que hice y siempre supe lo que debí hacer.
Esta es la historia de un canalla. La mia.”


Portada Historia de un canalla
Julia Navarro
Con Historia de un Canalla, Julia Navarro nos trae una novela diferente, nada corriente, que se aleja del personaje protagonista bueno o medianamente humano, para presentarnos un protagonista, o mejor dicho, a un antagonista en mayúsculas.


Sinopsis: Thomas Spencer sabe cómo conseguir todo lo que desea. Una salud delicada es el precio que ha tenido que pagar por su estilo de vida, pero no se lamenta por ello. Sin embargo, desde su último espisodio cardíaco, una sensación extraña se ha apoderado de él y en la soledad de su lujoso apartamento de Brooklyn se suceden las noches en que no puede evitar preguntarse cómo habría sido la vida que conscientemente eligió no vivir. El recuerdo de los momentos que le llevaron a triunfar como publicista y asesor de imagen, entre Londres y Nueva York en los ochenta y noventa, nos descubre los turbios mecanismos que en ocasiones emplean los centros de poder para conseguir sus fines. Un mundo hostil, gobernado por hombres, en el que las mujeres se resisten a tener un papel secundario.


El libro está dividido en tres partes: infancia, madurez y vejez. Junto a la narración de lo que ocurrió en su vida, de los hechos tal y como sucedieron, se intercalan textos de lo que debería haber ocurrido. Una fórmula para demostrar la falta de arrepentimiento, escrúpulos y corazón del protagonista.

De hecho, el protagonista (Thomas Spencer), más que un protagonista es un antagonista en toda regla. Por mucho que trate de aparentar seguridad en sí mismo, en ocasiones se deja entrever la duda y la inseguridad, demostrando lo que es: un hombre sin escrúpulos, de sangre fría y más ambición que profesionalidad o experiencia que está dispuesto a cualquier cosa con tal de conseguir lo que él quiere. Un hombre que desde que era un niño se hace odiar y se nos atraganta, descubriendo que la maldad del ser humano no tiene límites. Un hombre malvado, un canalla, un demonio, ¿se hace a sí mismo o nace? En este caso queda patente que la maldad del protagonista nace con él, no haciendo sino aumentar su potencial para herir según va creciendo. En ningún momento muestra un ápice de misericordia, empatía o arrepentimiento, llevando su vida y maldad al límite hasta sus últimos días de su vida. Literalmente.


He leido dos obras más de esta autora (Dime quién soy y Dispara, yo ya estoy muerto) y esta nueva novela, al igual que las otras dos, te atrapa desde las primeras páginas sin darte ni siquiera tiempo a suspirar. Sin ninguna duda, lo mejor es la originalidad de la novela, canalla y potente, donde el protagonista no se arrepiente de la vida que ha llevado. Sin embargo, en mi opinión, a veces resulta cansino o repetitiva la fórmula de narrar lo que ocurrió y lo que debería o podría haber ocurrido.

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