miércoles, 29 de noviembre de 2017

RESEÑA: NO ME DEJES


Portada No me dejes (Ne me quitte pas)
Màxim Huerta

Tras leer La noche soñada, me enamoré de la literatura, personajes e historias de Màxim Huerta. Sin embargo, creo que en No me dejes (Ne me quitte pas) deja un sabor agridulce. Me explico. Por un lado, tiene unos personajes cercanos, simpáticos, que se hacen querer; pero por otro lado, la historia es un poco plana y simple, con una narración compleja por los cambios de tiempo y narrador que a veces hace que nos perdamos en la lectura. Pero desgranemos un poco el libro.


 “Al señor Dominique Brulé le gusta llegar de noche a su floristería. Siempre cierra los ojos antes de encender las luces y les da un tiempo a sus plantas para que se coloquen, porque imagina que han estado toda la noche mezclándose unas con otras. Nunca las pilla en movimiento, un día sucederá. Cuando inauguró la tienda pensó encerrarse y dejarse morir, pero al ver que las tímidas siemprevivas sobrevivían sin agua después de semanas sin atención alguna, se dio cuenta de que él también podría vivir sin su amor”.

L’etoile manquante, la floristería del señor Dominique es el lugar preferido de Mercedes y Tilde, dos españolas que llevan más de cuarenta años trabajando en Francia. Las dos creen que están solas, porque a Mercedes la abandonó su marido nada más cruzar la frontera y Tilde no fue capaz de encontrar a quien la quisiera. Un buen día, se instala en sus vidas un huracán encarnado en la joven Violeta, que llega de Madrid huyendo de un amor que se empeña en perseguirla.


No me dejes es una novela coral que se va tejiendo con las pequeñas historias de cada uno de los personajes, que van aportando algo a la historia de los demás creando un todo, creando así, el libro. 

El primer personaje que nos encontramos es el señor Dominique Brulé, dueño de una floristería en París. Un hombre tranquilo, marcado por la muerte prematura de su joven esposa. El señor Brulé conoce a la perfección cada una de sus flores a las que mima con mucho cariño, válgame la redundancia. Además, posee la maravillosa capacidad de saber exactamente qué flor vender a cada cliente. Mejor dicho, la flor que le corresponde a cada persona que pasa por su tiendecita. A este personaje se le unen diariamente dos mujeres españolas, Mercedes y Tilde, sus mejores clientas, que huyeron de sus respectivas vidas: la una de su marido que la abandonó nada más pisar suelo francés; y la otra de una familia que a penas la hacía caso. Finalmente, está el personaje de Violeta, una joven madrileña que huye de un amor no correspondido. Una chica que va a suponer un soplo de aire fresco para los otros protagonistas.

Los cuatro personajes tienen algo en común, algo que les une más allá de sus diferencias: el dolor y el abandono. Son personajes marcados por la tragedia en sus vidas, que a pesar de haber sucedido hace años, sigue marcando su día a día. Y precisamente de esto trata el libro: de cómo cada uno de ellos lleva el dolor y el abandono. Cómo sobreviven a su pasado y en qué vuelcan ese dolor y ese sobrevivir. Así, Dominique se vuelca en las flores. Mercedes y Tilde se vuelcan la una en la otra y Violeta sigue adelante gracias a sus inesperados confidentes. En todas estas tramas, la floristería juega un papel clave, ya que es el nexo de unión entre todos ellos, la guarida, el lugar seguro para cada uno de ellos, donde dar rienda suelta a sus desventuras, sonrisas y alguna que otra risa.  


En general, No me dejes es una historia bastante sencilla y simple que se convierte en una narración compleja por los cambios de tiempo y narrador. A lo largo de la novela se mezcla el presente con el pasado, algo habitual en muchos libros, pero el autor aquí va un poco más allá y, además, mezcla un narrador en primera persona con un narrador en tercera persona. Un hecho que resulta bastante chocante y confuso, sobre todo al principio. Y al que sin embargo, no he conseguido acostumbrarme en el resto del libro.


En verdad, no es una novela que me haya gustado especialmente: en ocasiones me ha resultado una lectura un poco pesada con tantas vueltas al tema del dolor y el abandono, y también confuso con tantos flashbacks y cambios de narrador. Sin embargo, me animo sin duda alguna a seguir leyendo las obras de este autor. El próximo libro suyo que leeré será La parte escondida del iceberg. Seguiré informando.


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