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Portada: Eva Luna de Isabel Allende (Debolsillo) |
Descubrí a Isabel Allende a través de su trilogía juvenil: Las memorias del águila y el jaguar, que comenzó con el libro La ciudad de las bestias y finalizó con
El bosque de los pigmeos. Tres
libros que me encantaron (y recomiendo encarecidamente) y que me han hecho amar
la literatura de esta chilena. En
este post os descubro otra de sus conocidas obras: Eva Luna.
Al principio cuesta cogerle
un poco el ritmo a la obra por la ausencia de diálogos y el exceso de
descripciones, pues se trata de una novela más bien descriptiva. Sin embargo,
Isabel Allende consigue que a través de estas descripciones nos metamos de
lleno en la vida de Eva Luna y en su búsqueda continua del amor, así como en los
contextos históricos que se narran de forma paralela y aportan fondo, dimensión
y realismo a la trama.
Nos encontramos ante un
relato en el que se entremezclan la realidad con la imaginación de la
protagonista, imaginación que muchas veces es la que le sirve a Eva para
evadirse de la dura realidad que le ha tocado vivir.
Sinopsis (sacada de la página web oficial de Isabel Allende):
“Me llamo Eva, que
quiere decir vida, según un libro que mi madre consultó para escoger mi nombre.
Nací en el último cuarto de una casa sombría y crecí entre muebles antiguos,
libros en latín y momias humanas, pero eso no logró hacerme melancólica, porque
vine al mundo con un soplo de selva en la memoria.”
Esta es la voz que nos
transporta a través de Eva Luna, la voz segura de una
narradora natural e inventiva, una mujer que nos relata la historia picaresca
de su propia vida (nació pobre, fue huérfana a una temprana edad, y finalmente
ella se elevará a una posición de influencia única) y de la gente, de todos los
niveles de la sociedad, que conoce a lo largo de su camino. Incluyen a los
ricos y excéntricos, para quien trabaja como sirvienta; el emigrante libanés
que se hace amigo de ella y le da un lugar para vivir; su lamentable madrina,
cuyo cerebro es afectado por el ron y que cree en todos los santos católicos,
algunos de origen africano, y algunos de su propia invención; un niño de la
calle que se convierte en un delincuente insignificante y, más tarde en un
líder de la lucha guerrillera; un artista célebre transexual que le enseña con
gran ternura y comprensión sobre la forma de ser de los adultos; y un joven
refugiado cuyo vuelo desde la posguerra Europea será crucial para el destino de
Eva.
En cuanto al tema
principal de la obra, nos encontramos con una búsqueda del amor en todas sus formas, desde el amor paternal hasta
el verdadero amor o el amor platónico. Esta búsqueda del amor se presenta en
los diversos personajes que pueblan la novela: amor paterno hacia Riad Halabí,
amor platónico de Kamal, el primer amor y desamor de la mano de Huberto
Naranjo, o el amor verdadero y pasional con Rolf Carle.
A decir verdad, el tema
amoroso no es un tema especialmente original. Pero lo que aporta novedad y lo
hace interesante y entretenido no es solo el modo de narrar los hechos de la
protagonista, sino la capacidad de Isabel Allende de plasmar en un único libro
y en una única historia todos los tipos de amor, de una forma magistral y tan
bien descritos que nos hace partícipes de las pasiones, de la búsqueda y
desencuentros de la protagonista.
De forma paralela a la
búsqueda del amor, destaca el tema
histórico: desde las revueltas estudiantiles y la muerte del Benefactor
hasta la sacudida que sufre Europa por la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo,
el contexto histórico pasa a ser parte del tema principal cuando Eva Luna se
implica directamente en los hechos que van a cambiar el curso de los
acontecimientos.
No obstante, todos estos
acontecimientos no son sino la excusa de la autora para dotar de un fondo
a las distintas facetas del amor, la
meta última de la vida de Eva Luna.
Como tema secundario podría
destacar la imaginación y el mundo fantástico (los cuentos) a los que recurre Eva para
evadirse de la realidad.
En esta obra, Allende nos presenta a personajes muy
dispares con personalidades muy marcadas, aunque en ocasiones cae en los
estereotipos o en lo absurdo. Por ejemplo: los estereotipos se materializan en
la persona de Huberto Naranjo, quien responde al prototipo de “chico malo” que
enamora a la protagonista pero cuyo amor no es posible, ya que su corazón está
ocupado por una causa mayor: el éxito de la revolución. Otros personajes, como
el profesor Jones o Melecio, resultan altamente interesantes; sin olvidarnos de
los personajes más grotescos como la mujer de Riad Halabí o una de las señoras
de Eva, quien está realmente obsesionada con la llamada Materia Universal.
La narradora y protagonista
principal es Eva, cuyo relato se va
alternando con un narrador en tercera persona que nos introduce en la vida de
Rolf Carle. Hasta que los caminos de Eva y Rolf se entremezclan.
Eva nos describe y presenta a
los distintos personajes a través de monólogos interiores y de las acciones y a través de los ojos de
algunos de los personajes, esto es, en
ocasiones son los propios personajes quienes van aportando información
sobre su vida a los lectores.
Entre los
otros personajes de esta novela destacan: Consuelo,
el profesor Jones, la Madrina, Elvira, Huberto Naranjo,
Lukas Carle, Rolf Carle, Riad Halabí
y Melecio.
Comencemos por Consuelo, madre de Eva, que queda embarazada
de un indio, el jardinero. El apellido de Eva proviene precisamente del nombre
de la tribu de su padre: los hijos de la luna. Consuelo es una mujer fuerte,
poco creyente, obediente. Una persona silenciosa en público pero una gran
oradora y contadora de historias en la intimidad, quien inicia a su hija en el
mundo de los cuentos y la imaginación.
Por otro lado, el profesor Jones es un hombre obsesionado
con lograr la fórmula perfecta de embalsamiento de los cuerpos, quien
representa en primer lugar la figura paterna que necesita Eva. Y precisamente
es la Madrina, una de sus
trabajadoras, quien acoge a Eva tras la muerte de su madre. Se trata de una mujer
muy devota y creyente, gracias a la cual Eva comienza su andadura en el mundo
real.
Más tarde, conocerá a Elvira, la cocinera de la señora de
Eva, en cuya persona esta encuentra una figura materna. Elvira es una mujer
cariñosa y amable.
Huberto Naranjo es el
chiquillo que conoce a Eva cuando huye de la casa de su señora y le enseña a
sobrevivir en la calle. Un chiquillo con una gran autoestima, seguro de sí
mismo y envalentonado, un auténtico hombre, como diría él; en cuya persona Eva
encuentra al principio una figura fraternal, cuyo amor evolucionará hasta el
primer amor y desamor.
En cuanto a Lukas Carle es un profesor tiránico a
favor del castigo corporal. Un personaje cruel, sin corazón y la razón por la
que Rolf Carle, su tercer hijo, viaja
a América del Sur. Allí pasa a vivir con sus tíos y sus primas. Es una persona
aparentemente tímida, cortés, de buenos modales, muy trabajador, con buenas
ideas y ambicioso.
Entre los personajes más
excéntricos de Eva Luna destaca Melecio,
una mujer atrapada en un cuerpo de hombre con unos modales suaves y delicados.
Es una cantante y actriz en un bar de transformistas.
Por último, conoceremos a Riad Halabí, el hombre que acoge a Eva
en Agua Santa. En él, Eva encuentra el amor paternal y el amor pasional.
Todo lo citado anteriormente
conjugan un coctel atractivo, un tanto extravagante y peculiar que invito a
tomar a todos aquellos que queráis conocer,
o seguir conociendo, a Isabel Allende.